La inteligencia emocional no se aprende, se construye como un hábito de vida. La inteligencia emocional no es algo con lo que naces o no, es una habilidad que puedes mejorar con el tiempo.
Hay mucha gente que quiere más inteligencia emocional. Pero a pesar de todos los videos inspiradores de YouTube que ven, todavía luchan con estos desafíos:
-Se pierden en espirales de preocupación y ansiedad.
-Se juzgan a sí mismos por cómo se sienten
-Caen en el auto-sabotaje tan pronto como comienzan a avanzar.
El problema es simple: las buenas ideas mejorarán tu inteligencia emocional solo de manera leve y temporal. Es necesario cultivar y practicar hábitos saludables que desarrollen tu inteligencia emocional con el tiempo. A continuación, cuatro de ellos.
-Deja pasar los pensamientos inútiles, déjalos que sigan su camino
Pensar mucho no siempre es algo bueno y, a menudo, es precisamente lo que nos hace sentir emocionalmente mal.
La mayoría de nosotros crecemos aprendiendo a pensar largo y tendido: desde el momento en que podemos hablar, se nos dice que “piense antes de hablar”. Recibimos elogios y atención por pensar mucho y tener un buen desempeño en la escuela. Y como adultos, nuestro éxito en el trabajo depende en gran medida de nuestra capacidad para pensar de manera cuidadosa y creativa.
Pero aunque nuestro instinto de “pensar más y más” nos sirve bien la mayor parte del tiempo, en realidad hay muchas situaciones en las que pensar más empeora las cosas:
Cuando una preocupación irracional gira en tu mente, continuar pensando en esa preocupación rara vez soluciona nada y, por lo general, te hace sentir más ansioso.
Cuando estás acostado en la cama a las 2:00 am sin poder dormir, pensar más en por qué no estás durmiendo solo te mantendrá despierto por más tiempo.
Una vez que hayas reflexionado sobre un error y hayas tratado de aprender de él, reflexionar sobre él una y otra vez solo te hará sentir miserable.
Pensar mucho es una herramienta. Y como cualquier herramienta, se puede utilizar bien o mal.
Las personas emocionalmente inteligentes comprenden cuándo una situación puede beneficiarse de pensar más y cuándo solo empeorará las cosas.
Por supuesto ¡es realmente difícil dejar de pensar!
Si deseas volverte más inteligente emocionalmente, inicia con un régimen de entrenamiento para ejercitar tu “músculo para no pensar”:
-Practica dejar de lado los pensamientos que no te ayudan, incluso si son verdaderos.
-Ejercita tu capacidad para reenfocar tu atención, en lugar de dejarla vagar por donde le plazca.
-Esfuérzate por ser consciente de tus pensamientos sin pensar más en ellos.
Dejar ir los pensamientos inútiles es difícil. Y no existe una fórmula mágica que facilite las cosas. Porque, como cualquier habilidad importante en la vida, requiere práctica y paciencia.
La capacidad de alejar tu mente de los pensamientos inútiles es una de las formas más poderosas de mejorar tu inteligencia emocional y tu felicidad.
“Pensar demasiado es una enfermedad”. – Fyodor Dostoyevsky
-Acepta las emociones dolorosas
Es natural huir de los sentimientos y emociones dolorosas. Eso solo los hace más fuertes y dañinos al final.
El cerebro humano es una máquina de aprendizaje. ¡Y es especialmente sensible a lo que le enseñas! Específicamente, la forma en que reaccionas a las cosas, especialmente a las cosas con alta carga emocional, le enseña a tu cerebro qué pensar sobre esas cosas en el futuro.
Por ejemplo:
Supón que vas de excursión por un sendero nuevo una tarde. Pero a la mitad de la caminata, decides que es una caminata demasiado peligrosa y vuelves a casa. Le has enseñado a tu cerebro que ese camino es peligroso. Lo que significa que si decides volver a hacer senderismo allí en el futuro, sentirás algo de ansiedad al respecto.
Bastante natural, ¿verdad? Bueno, lo mismo sucede con la forma en que respondemos a cosas internas como nuestras emociones:
Si constantemente tratas de escapar de tu dolor emocional usando alcohol o drogas, le estás enseñando a tu cerebro que el dolor y la tristeza son peligrosos y que hay que evitarlos. En el futuro, estarás ansioso en cada ocasión que sea emocionalmente difícil para ti.
Si intentas calmarte inmediatamente -sin tener paciencia contigo mismo- cada vez que te sientes ansioso, le estás enseñando a tu cerebro que es malo sentirse ansioso. Ahora te sentirás ansioso por ponerte ansioso.
Cuando intentas escapar de los sentimientos dolorosos, le enseñas a tu cerebro que es peligroso sentirse mal, lo que solo te hace sentir peor.
Las personas emocionalmente inteligentes comprenden que el hecho de que algo se sienta mal no significa que sea malo:
El hecho de que tus músculos estén adoloridos después de un entrenamiento no significa que algo esté mal y nunca deberías volver a hacer ejercicio.
Del mismo modo, el hecho de que te sientas ansioso por hablar en público no significa que hablar en público sea peligroso y que debes evitarlo en el futuro.
Pero más que solo comprender esta diferencia, las personas emocionalmente inteligentes se entrenan para reaccionar a las emociones dolorosas con aceptación, no con evitación.
Porque aquí está la cuestión: cuando aceptas tus emociones con voluntad, le enseñas a tu cerebro que son seguras y normales, por muy incómodas que se sientan.
Si quieres sentirte mejor a largo plazo, debes practicar la disposición a sentirte mal a corto plazo.
“El dolor emocional no puede matarte, pero huir de él sí puede hacerlo”. – Vironika Tugaleva
-Maneja tus propios errores con compasión
La autocrítica cruel rara vez es útil y casi siempre hace que sea más difícil seguir adelante.
Desde una edad temprana, la mayoría de las personas crecen creyendo que ser duros consigo mismos es la única forma de tener éxito y mejorar en la vida:
Nos decimos a nosotros mismos que si no estudiamos más, fracasaremos y no ingresaremos a una buena universidad.
Nos decimos a nosotros mismos que si no “aguantamos” y “le damos con todo”, nuestro entrenador pensará que somos vagos y no podremos jugar.
Nos decimos a nosotros mismos que si actuamos de forma inusual o diferente a los demás, nadie querrá pasar el rato con nosotros.
En otras palabras, adquirimos el hábito del diálogo interno negativo autocrítico porque creemos que nos motivará a ser mejores en el futuro.
Pero aquí está la cosa …
La autocrítica da la ilusión de motivación. Pero al final, todo lo que hace es desanimarte.
Ser autocrítico después de un error se siente productivo porque sientes que estás haciendo algo al respecto. Pero ese hábito de diálogo interno negativo es desastroso a largo plazo porque te mantiene sintiéndote ansioso, inseguro y lleno de dudas sobre ti mismo.
Si deseas volverte más inteligente emocionalmente, debes evitar la trampa de la autocrítica despiadada.
En lugar de castigarte después de un error como una forma falsa de motivación, prueba esto:
-Reconoce el error por lo que es, con su verdadera dimensión.
-Acepta que eres impotente para cambiar el pasado.
-Concéntrate en lo que realmente puedes controlar en el futuro.
En otras palabras…
¿Qué pasa si cambias tu hábito de autocrítica en un hábito de autocompasión?
La autocompasión simplemente significa tratarte a tí mismo después de un error como tratarías a un amigo: con amabilidad y aliento.
Afortunadamente, la mayoría de nosotros ya sabemos cómo ser compasivos. Es solo cuestión de recordar aplicarlo a nosotros mismos.
“Te has estado criticando a ti mismo durante años y no ha funcionado. Intenta aprobarte y ver qué sucede “. – Louise Hay
-Elige valores por sobre emociones y sentimientos
El corazón de la inteligencia emocional es la capacidad de subordinar tus emociones y sentimientos a tus valores.
Subordinar mis emociones a mis valores … muchas personas están en desacuerdo y se preguntan ¿pero no son mis emociones la parte más auténtica de lo que soy? ¡Disparates!
No hay nada intrínsecamente especial o auténtico en las emociones en relación con cualquier otra parte de tu experiencia de vida.
Piénsalo:
¿Tu sentimiento o emoción de deseo por esa bolsa de papas fritas es más “auténtico” que tu deseo de estar saludable y en forma?
¿Es tu sentimiento de ansiedad y dudas más “auténtico” que la evidencia de que has realizado presentaciones como esta docenas de veces y siempre han sido bien recibidas?
¿Es tu emoción al ser coqueteado por ese atractivo compañero de trabajo más “auténtico” que tu compromiso con tu matrimonio?
Aquí está lo que pasa con los sentimientos y emociones: tus sentimientos y emociones te meterán en problemas tan a menudo como te ayudarán. Ahora, los sentimientos y emociones no son malos y no debemos ignorarlos.
¡Por supuesto que deberías preocuparte por lo que estás sintiendo! Cuando caminas por un callejón oscuro a medianoche y de repente sientes miedo porque escuchas pasos rápidos detrás de ti, ¡ese miedo podría ser muy útil!
El problema es cuando te acostumbras a tomar decisiones basadas exclusivamente en cómo te sientes:
Si solo aceptas nuevos proyectos en el trabajo cuando te sientes seguro, nunca crecerás y probablemente te perderás algunas oportunidades increíbles.
Si nunca mencionas problemas difíciles a tu cónyuge porque tienes miedo de cómo responderá, esos problemas solo se agravarán y empeorarán.
Si solo vas al gimnasio cuando te sientes emocionado y motivado, nunca te pondrás en forma.
La clave es ser escéptico de tus sentimientos cuando entren en conflicto con tus valores.
Para convertirte en persona más inteligentes emocionalmente, entrénate para percibir conflictos entre sentimientos y valores. Y luego hazte una pregunta simple:
¿Qué es lo que REALMENTE quiero ahora mismo?
Si ayuda, intenta adquirir el hábito de pensar en los deseos del Yo-malo y los deseos de Yo-bueno:
-Los deseos de Yo-malo son cosas como el placer de probar una barra de chocolate o el alivio de la ansiedad cuando tomas esos primeros tragos de vodka. Si bien no es necesariamente malo, los deseos del Yo-malo a menudo nos distraen e interfieren con nuestros deseos del Yo-bueno …
-Los deseos de Yo-bueno son las cosas que queremos basándonos en nuestros valores: quiero estar lo suficientemente saludable como para jugar con mis nietos sin quedarme sin aliento o quiero hacer un trabajo de alta calidad, no solo quiero teminar lo más pronto.
Si quieres ser más inteligente emocionalmente, practica eligiendo tus valores sobre tus sentimientos.
“Entre estímulo y respuesta hay un espacio. En ese espacio está nuestro poder para elegir nuestra respuesta. En nuestra respuesta radica nuestro crecimiento y nuestra libertad ”. – Viktor Frankl
-Resumen y puntos clave
La inteligencia emocional es el resultado de buenos hábitos, no de buenas ideas. Y si quieres mejorar tu inteligencia emocional, apuesta por estas prácticas:
-Deja ir los pensamientos inútiles
-Acepta las emociones dolorosas
-Maneja tus errores con compasión
-Elige valores por sobre emociones y sentimientos
Basado en el trabajo de Nick Wignall
¿Qué acciones tomarás en tu negocio y en tu vida, en este sentido?
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