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4 Oct

CÓMO EXPRESAR SU DESACUERDO CON ALGUIEN MÁS PODEROSO QUE USTED

CÓMO EXPRESAR SU DESACUERDO CON ALGUIEN MÁS PODEROSO QUE USTED

Su jefe propone una nueva iniciativa que usted cree que no funcionará. Su compañero senior describe un cronograma del proyecto que usted cree que no es realista. ¿Qué decir cuando uno no está de acuerdo con alguien que tiene más poder en la organización o en la sociedad o en la familia? ¿Cómo decidir si vale la pena hablar? Y si lo hace, ¿qué debería decir exactamente?

Es una reacción humana natural evitar estar en desacuerdo con un superior. Nuestro instinto se especializa en la supervivencia, por lo que tenemos un sesgo natural para evitar situaciones que puedan dañarnos, cuando sentimos temor de que puede haber implicaciones negativas. Inmediatamente pensamos: “No le voy a gustar”, “Esta persona va a pensar que soy un fastidio”, o tal vez incluso “Me despedirán”. Aunque es más fácil estar de acuerdo, eso no siempre es lo correcto. He aquí cómo estar en desacuerdo con alguien más poderoso que tú.

Ser realista sobre los riesgos

La mayoría de la gente tiende a exagerar los riesgos que implica hablar. Nuestra inclinación natural es imaginar que todas las cosas que saldrán horriblemente mal. Sí, su contraparte podría estar sorprendida y un poco molesta al principio. Pero es probable que no le despidan ni se convierta en un enemigo de por vida para usted. Se sugiere que primero considere los riesgos de no hablar, tal vez el proyecto se descarrilará  y usted terminará perdiendo la confianza del equipo, luego sopese de manera realista esos riesgos contra las posibles consecuencias de tomar medidas y expresar lo que piensa.

Decidir si es mejor esperar

Después de esta evaluación de riesgos, en algunos casos será mejor dejar de expresar su opinión. Tal vez no ha terminado de pensar en el problema, toda la discusión fue una sorpresa para usted o quiere tener una idea más clara de lo que piensa el grupo. Si estima que otras personas también van a estar en desacuerdo, quizás quiera reunir su ejército primero. Las personas pueden aportar experiencia o información a su pensamiento, lo que haría que su “caso de desacuerdo” fuera más fuerte o más válido . También es una buena idea retrasar la conversación si se encuentra en una reunión u otro espacio público. Hablar del tema en privado hará que la persona poderosa se sienta menos amenazada.

Identificar un objetivo compartido

Antes de compartir sus pensamientos, piense en lo que es importante para la persona poderosa: puede ser la credibilidad de su equipo o lograr que un proyecto se termine a tiempo. Es más probable que lo escuchen si puede conectar su desacuerdo con un propósito superior e idealmente compartido. Cuando hable, no asuma que este enlace será claro. Se sugiere explicarlo abiertamente, contextualizando sus declaraciones para que no lo vean como un rebelde insubordinado, sino como un colega que está tratando de promover un objetivo compartido. Entonces, la discusión se convertirá en más un juego de ajedrez que un combate de box.

Pedir autorización para expresar su desacuerdo

Este paso es una forma inteligente de darle a la persona poderosa “seguridad psicológica” y control. Puede decir algo como, “Veo que aparentemente nos estamos moviendo hacia un compromiso del primer trimestre aquí. Tengo razones para pensar que eso no funcionará. Me gustaría exponer mi razonamiento. ¿Estaría bien?” Esto le da a la persona poderosa la oportunidad de autorizar su punto de vista. Y, suponiendo que diga que sí -lo que seguramente ocurrirá en la mayoría de los casos en equipos funcionales- usted se sentirá más seguro para expresar su desacuerdo de manera constructiva.

Mantener la calma

Es posible que sienta que su corazón se acelera o que su cara se pone roja, pero haga todo lo posible para permanecer neutral tanto en sus palabras como en sus acciones. Cuando su lenguaje corporal comunica ansiedad, debilita el mensaje. Envía un mensaje contradictorio, y su contraparte puede elegir qué leer de ese lenguaje. Las respiraciones profundas pueden ayudar, al igual que hablar más lenta y deliberadamente. Cuando sentimos pánico, tendemos a hablar más alto y más rápido. No quiere ser un ratoncito o hablar en un susurro, pero simplemente reducir el ritmo, relajar el cuerpo y la frente y hablar en un tono uniforme ayuda a calmar a la otra persona y también lo calma a uno mismo. También le hace parecer confiado y seguro, incluso si no lo está.

Validar el punto original

Después de obtener el permiso, exprese el punto de vista de la otra persona. ¿Cuál es la idea, opinión o propuesta con la que no está de acuerdo? Decir eso claramente sienta una base sólida para la discusión. Lo que se quiere es que la contraparte piense: ‘Esta persona entiende de lo que se trata.

No juzgar

Cuando pase a expresar sus preocupaciones, observe atentamente su lenguaje. Evite cualquier “palabra de juicio” como “miope”, “tonto” o “apresurado” que pueda hacer enojar a su contraparte. Trate de eliminar todos los adjetivos, ya que tienen el potencial de ser mal interpretados o tomados personalmente. Comparta solo hechos. Por ejemplo, en lugar de decir: “Creo que la fecha límite del primer trimestre es ingenua”, puede decir: “Hemos probado cuatro proyectos como este en el pasado y pudimos hacer apenas dos en un período de tiempo como este”. Se recomienda mantenerse neutral y concentrado. No piense en los participantes y enfóquese en el problema y en los objetivos. Trate de convertirlo en un desacuerdo honesto, una contribución genuina y honesta de pensamiento que valga la pena.

Mantener la humildad

Enfatice que está ofreciendo su opinión, no que es el dueño de la verdad. Puede ser una opinión bien informada y bien investigada, pero sigue siendo una opinión, [así que] hable de manera tentativa y subestima ligeramente su confianza. En lugar de decir algo como “Si establecemos una fecha límite de fin de trimestre, nunca lo lograremos”, diga “Esta es mi opinión, pero no veo cómo lograremos esa fecha límite” o “Aquí estoy pensando en voz alta”. Esto dejará espacio para el diálogo. Habiendo afirmado su opinión (como una opinión, no como un hecho), demuestre la misma curiosidad por otros puntos de vista. Recuérdele a la persona y a la audiencia que este es su punto de vista y luego invite a la crítica. Se sugiere intentar algo como “Dime si me equivoco…”. Esté genuinamente abierto a escuchar otras opiniones.

Reconocer la autoridad de la otra persona

En última instancia, la persona en el poder probablemente tomará la decisión final, así que reconozca esto. Podría decir: “Sé que usted tomará la decisión. Entiendo que esto depende de usted.” Eso mostrará que usted conoce su lugar. Sin embargo, no retroceda en su opinión ni dé falsos elogios. Quiere mostrar respeto por la persona mientras mantiene su propio respeto por usted mismo.

Basado en Harvard Business Review – HBR

 

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