Ser concreto y breve al hablar es un arte perdido en esta era de sobrecarga de datos y de verdaderas oleadas de información, sin embargo estas ideas pueden ayudarte a tomar control del hábito de usar demasiadas palabras para expresar tus ideas, y así mejorar tus habilidades de comunicación.
Las personas están inundadas de información y sus cerebros han alcanzado un punto de saturación. Si deseas llamar poderosamente la atención de alguien y lucir diferente y especial, debes ser breve, según Joe McCormack, experto en comunicación y efectividad.
Hay tres obstáculos que impiden que la gente sea breve:
Si podemos superar esas tendencias podemos llegar al punto más directamente y tendremos mucho que ganar.
Las personas pasan alrededor de 8 horas en los medios informativos, principalmente basados en internet y en el mundo de la electrónica. Entre ellos, televisión, radio, Instagram, Twitter, Facebook, LinkedIn. Es un consumo constante de información. Estamos viviendo una inundación informativa nunca vista. Por lo tanto, cuando miras al mundo que te rodea, la mente está realmente, realmente agobiada.
Esto significa que las personas tienen poca capacidad de atención enfocada por tiempo largo, y sus cerebros se han acostumbrado a moverse y brincar como saltamontes entre tanta información. Por lo tanto, si quieres comunicar efectivamente en el tiempo actual, deben adaptarse a esta realidad y aprender a ser breve, y mientras más breve, mucho mejor.
Es posible superar los tres obstáculos que impiden que las personas sean breves. Recuerda que la gente escuchará y comprenderá mejor tu mensaje si hablas menos. Podrán enfocarse en tu punto y en el mensaje que quieres comunicar.
Obstáculo 1: Sobre-exponer o sobre-explicar las ideas o conceptos
Mucha gente sobre-explica lo que dice. Para superar esto, piensa de antemano en todas las cosas que puedes argumentar sobre el tema al que te vas a referir. Deja de lado la información menos importante y conserva solo los componentes esenciales.
La gente puede hablar 150 palabras por minuto, pero quienes les escuchan pueden procesar mentalmente 750 palabras por minuto. Esto significa que si tu presentación no va al punto, las mentes de las personas tienen el equivalente a 600 palabras sobrantes flotando alrededor de su cerebro, y seguro que se van a distraer y su atención volará lejos de lo que tú estás diciendo.
Obstáculo 2: No pensar con antelación o prepararte para lo que vas a decir
Si no te preparas, no puedes ser breve, porque no sabes cuáles son los puntos clave. Te toca buscarlos mientras hablar, es decir, improvisar. Una forma de prepararte es crear un mapa mental o cualquier tipo de esquema visible en papel para ayudar a organizar tus pensamientos. Reúne sus ideas con anticipación y ve preparado.
Obstáculo 3: Perder el punto que quieres exponer, de tanto hablar y hablar
Imagina que estás en la oficina, y es ya tarde, y alguien llama a tu puerta y dice, “¿Tienes un minuto?” Nadie está tan ocupado que no tienen ni un minuto. Y la persona comienza a hablar, a hablar y a hablar, y empiezas a pensar: “¿Cuál es su punto?” Y ni siquiera él o ella lo sabe. Tienen la idea de que cuanto más hablen, es más probable que el punto surja más adelante. En algún momento, seguramente, te inquietarás y molestarás
El punto es como un titular de prensa, y se usa para captar la atención. Piensa y habla en titulares, no en detalles pequeños. Si la misma persona entrara a la sala y dijera: “el proyecto en el que estoy trabajando, está retrasado pero tengo una solución para él”, entonces la persona que escucha prestaría más atención y escucharía la versión recortada de la información.
Es esencial comenzar tu comunicación, ya sea un correo electrónico, una conversación, un discurso o una reunión, con un título. Resume el tema de manera concisa. Si es un correo electrónico, no escribas “actualización” en la línea de asunto. Pon el título en la línea de asunto.
Resumiendo, para mejorar tu brevedad al hablar… Primero mapea o esquematiza tu mensaje… Comienza con un titular… Recorta el exceso de detalles
Conclusión
Tómalo como una regla de oro, se breve. Más que breve, se muy breve. El diccionario de la Real Academia Española, define breve como: “De corta extensión o duración.”, y no significará hablar poco, sino ajustarnos al mensaje no introduciendo frases innecesarias. Cuando hablamos en público, si hemos preparado nuestro discurso para un tiempo determinado y hemos ajustado nuestras ideas a ese tiempo, cumple tu objetivo y dilo en ese tiempo, y que no te importe terminar antes.
La brevedad no es fácil, exige precisión y para ello hay que emplear más tiempo en la preparación, sobre todo en la selección de ideas y palabras. Winston Churchill lo explicaba perfectamente: “Si tengo que dirigir un discurso de dos horas, empleo diez minutos en su preparación. Si se trata de un discurso de diez minutos, entonces me lleva dos horas…”.
¿Qué acciones tomarás en tu negocio y en tu vida, en este sentido?
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