Gung Ho, es una técnica revolucionaria para estimular el entusiasmo y el desempeño en cualquier organización. El libro Gung Ho (Ken Blanchard & Sheldon Bowles, Ed. Norma, 1997), cuenta la historia de lo que aprendió una gerente de planta de un líder del área de producción, quien usando la sabiduría ancestral de sus antepasados (aborígenes norteamericanos), la ayudó a salvar su empresa de la quiebra. Y lo lograron, principalmente, motivando y activando el potencial de toda su fuerza laboral. El Gung Ho tiene 3 pilares:
Las ardillas trabajan arduamente porque su esfuerzo, el de cada uno vale la pena para mejorar la vida de todos. En esto hay tres lecciones por aprender: primero, el trabajo debe ser visto como algo importante; segundo: debe llevar a una meta comprendida y compartida por todos; y la tercera, que los valores deben orientar todos los planes, las decisiones y las situaciones. Esos tres elementos hacen del trabajo algo que vale la pena. En pocas palabras el espíritu de la ardilla.
Si desea que las personas sean Gung Ho y trabajen con el espíritu de las ardillas, primero deben comprender la razón por la cual son necesarias. Por qué su trabajo hace que el mundo sea un sitio mejor para vivir. Según Gung Ho, deben existir dos tipos de metas:
Primero: Metas de resultados. Planteamientos claros sobre lo que deseamos alcanzar, ya sean en unidades trabajadas, acabadas o despachadas o cuentas cobradas o cualquier otra cosa.
Segundo: Metas de Valores. Planteamientos que describieran el impacto que deseábamos tener sobre la vida de los miembros de nuestro equipo, de los clientes, de nuestros proveedores y de los integrantes de la comunidad.
Es importante que se acepte y valore a todos los trabajadores por eso uno de los valores básicos es el respeto a la dignidad del trabajo, donde cada persona realice la actividad donde ellos tengan mejor resultado o mejor desempeño.
Cada castor tiene un alto grado de control sobre su propio destino. Ellos deciden como debe hacerse el trabajo, operan como contratistas independientes. Los castores trabajan a su estilo sin esperar las ordenes de otro castor, ellos hacen uso de su buen criterio para reparar o construir las represas que les sirven de madriguera. Es importante saber que los castores hacen lo que hacen porque quieren. No porque alguien los obliga a hacerlo. El estilo del castor implica que los miembros de su equipo deben ejercer el control sobre el cumplimiento de sus metas.”
Tu labor es hacer saber a la gente porque su trabajo vale la pena, asegurarte que el equipo comparta las metas, ayudar a establecer los valores, asignar los recursos, asegurarte de tener el apoyo tanto adentro como afuera de la organización, mantener la vista en el futuro y estar lista para cambiar de dirección.
Si deseas que las personas asuman el mando, tendrás que darle la libertad para hacerlo y la libertad viene de saber cuál es el territorio de cada cual, cuales son los límites a donde deben llegar, para que no se forme un caos. Debes dejar trabajar pero también debes demarcar los límites de cada trabajador.
Las personas que tienen el control trabajan para organizaciones que las valoran como seres humanos. Organizaciones que respetan, escuchan y actúan sobre la base de los pensamientos, los sentimientos, las necesidades y los sueños de las personas.
Darnos ánimos unos a otros, felicitar a nuestros empleados aun cuando no hayan llegado a su meta, los felicitamos por su avance. El espíritu de la ardilla y el estilo del castor son la chispa y el don del ganso es como echar gasolina sobre la chispa.
En las empresas Gung Ho, cuando visitamos áreas de trabajo, nos percatamos que la gente no se cansa de hablar de las cosas buenas o logros que suceden allí. Todas las porras y gritos de triunfo cuando se anuncian por los parlantes los resultados de alguna venta, la celebración de los cumpleaños de los trabajadores. El don del ganso le agrega entusiasmo al espíritu de la ardilla y al estilo del castor.
Los equipos deportivos son Gung Ho. Imagínate un juego de fútbol donde los fanáticos no celebren o griten, sino hasta que se anote un gol, que en ocasiones no se anota ninguno en algún juego o un juego de baloncesto donde no se escuche grito alguno. Sería muy aburrido. Es importante motivar y alentar al equipo y en una empresa. Y esto se logra también con los reconocimientos y la felicitaciones, las cuales se debe hacer de la manera correcta. Las felicitaciones deben ser auténticas y sinceras. Deben ser una alimentación para el espíritu, una inyección de entusiasmo.
Pero, ¿qué pasa cuando no se tiene un motivo para felicitar al alguien?
En ese caso es necesario, primero buscar las cosa positivas, siempre hay algo. En segundo lugar, si no es posible felicitar directamente a una persona, siempre es posible darle una voz de aliento, que significa que tienes fe en su habilidad y el hecho de reconocer esa habilidad es un cumplido que a su vez es una felicitación.
Debemos reconocer, sin embargo, que a la gente le interesa más el dinero que una inyección de entusiasmo. Por lo tanto, las condiciones salariales, las prestaciones y los incentivos por desempeño, expresados en dinero, son importantes.
¿Qué acciones tomarás en tu negocio y en tu vida, en este sentido?
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